Queridos y amadísimos hermanos, un gusto de saludarlos en este domingo, hurgando en el baúl de los recuerdos encontré este cuento extraído de la revista “Bola Preta” de Embraco de hace unos cuantos años, su autor el Brasileño, Leonardo Boff, deseo que lo disfruten y como siempre un gran cariño y un fuerte abrazo, muchas bendiciones para vosotros y amados.
EL AGUILA Y LAS GALLINAS.
Un campesino criaba un pollito de águila junto con sus gallinas, tratándolo de la misma manera como trataba a sus gallinas, para que el pollito de águila pensase que era una gallina.
Le daba la misma comida arrojada al suelo, la misma agua en un bebedero al ras del suelo y lo hacia ciscar para que completase su alimentación, como el de una gallina se tratara.
Cierto día pasó por su casa un científico, viendo el águila ciscar por el suelo se fue a hablar con el campesino:
-¡Esto no es una gallina, es un águila!.
El campesino respondió:
-Ahora no es mas un águila, es una gallina.
El científico le dijo:
-No, un águila siempre sigue siendo un águila. Se lo voy a mostrar…..
La llevó al tejado de la casa del campesino, la levantó en los brazos y le dijo…
-Vuela, eres un águila, asume tu naturaleza?.
Pero el águila no voló y el campesino dijo:
-¿No te dije que ahora era una gallina?
El científico entonces lo convenció a subir a la cumbre de una montaña. Allá, levantó en los brazos y le dijo:
-Águila, mira este horizonte, mira el sol allá arriba y los campos verdes allá abajo. Todas esas nubes pueden ser tuyas, despierta para tu naturaleza y vuela como un águila….
El águila empezó a verlo todo y se fue quedando maravillada con la belleza de las cosas que nunca había visto antes. Se quedó un poco confusa al principio, pero enseguida sintió su sangre de águila corriéndole por las venas. Entonces, abrió despacito sus alas y partió en un vuelo lindo hasta desaparecer en el horizonte azul.
Moraleja.
Crían a las personas como si fuesen gallinas, pero son águilas, todos podemos volar si así lo queremos. Vuela cada vez más alto, no te contentes con los granos que te tiran al suelo. Somos águilas, no tenemos que actuar como gallinas como algunas personas quieren que seamos, pues, es más fácil controlar a lar personas con mentalidad de gallinas porque ellos bajan la cabeza para todo, con miedo. ¡Conduce tu vida con la cabeza bien alta, respetando a los demás y sin miedo!.
